“Cuando creíamos que teníamos todas las repuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas” Mario Benedetti

Crecimiento, esa es la cuestión.

Se puede decir, siguiendo a Marco Benedetti, que “Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas”

Los interrogantes planteados a comienzo de año parecen pasar a otro plano.

Preocupaciones tales como, la guerra de Ucrania, la inflación descontrolada, el recorte de beneficios empresariales, han dado paso a Crisis Bancaria estadounidense, menos dinamismo en China, pausa en las subidas de tipos, o incluso recorte, por parte de bancos centrales…, girando todo en torno al gran problema que parece estar sustituyendo a la preocupación por la inflación, esto es la preocupación por el crecimiento, recesión es la temida palabra que nadie se atreve a pronunciar.

Aunque la “mini crisis bancaria” en Estados Unidos y las negociaciones del Techo de Deuda imprimieron cierta presión a la estabilidad de sistema, no fue sino pasajero.

Según se han ido conociendo indicadores adelantados macro se ha pasado a cuestionarse si las subidas de tipos estarán impactando en el tejido económico y los mismos Bancos Centrales que provocaron con sus inyecciones de liquidez el aumento de precios, serían los mismos que con las subidas de tipos provocarán una recesión.

Se plantean nuevas cuestiones ¿Cuándo llegará a su fin la política monetaria contractiva? ¿Se pasarán de agresivos los Bancos Centrales? ¿Nos llevaran a una recesión o se evitará siendo sólo una ralentización del crecimiento? ¿Tendremos un ritmo de crecimiento económico suficiente para salir de esta situación de atonía en los mercados?

De momento, la economía estadounidense está evitando la recesión con un mercado de trabajo aún fuerte que permite el dinamismo del consumo.

En Europa encontramos a su locomotora, Alemania, en recesión técnica, con que parece que el BCE va a tener que ser más cuidadoso con sus actuaciones.

La reapertura de China que parecía el factor más claro para apoyar una activación del crecimiento global está perdiendo fuelle.

Este mes los bancos centrales nos pueden dar pistas para responder a estos interrogantes.

Mientras, y adaptando aquel lema de Bill Clinton no hay que olvidar que ¡Es el Crecimiento, estúpido!