Alicia empezó a sentirse medio dormida y siguió diciéndose como en sueños: « ¿Comen murciélagos los gatos? ¿Comen murciélagos los gatos?» Y a veces: « ¿Comen gatos los murciélagos?» Porque, como no sabía contestar a ninguna de las dos preguntas, no importaba mucho...